En la naturaleza se llama Stevia rebaudiana bertoni y es una planta de la familia de las Asteráceas nativa de la región tropical de Sudamérica. Aunque se encuentra de forma salvaje en algunas regiones de Paraguay y Argentina, existe sobre todo cultivada por sus propiedades edulcorantes.
Durante siglos, los nativos guaraníes la utilizaron para endulzar sus alimentos y bebidas, y fue el médico español Pedro Jaime Esteve el que en el siglo XVI el primero que estudió y le dio nombre a la planta. En 1900 el químico paraguayo Ovidio Rebaudi publicó el primer análisis químico de la stevia, en el que descubrió un glucósido capaz de endulzar 200 veces más que el azúcar refinado, pero sin algunos de los efectos perjudiciales de ésta para el cuerpo humano.
¿Y qué es la stevia (o estevia)?
Este es el nombre coloquial que damos al edulcorante extraído de la planta Stevia rebaudiana bertoni, aunque su nombre preciso es glucósido de steviol purificado. Como explica aquí Déborah García, química, los glucósidos son moléculas compuestas por un glúcido (como la glucosa) y otro compuesto diferente. “Muchas plantas almacenan los productos químicos importantes como glucósidos inactivos, y si estos productos se hacen necesarios, se descomponen en presencia de agua y una enzima, generando azúcares importantes en el metabolismo de la planta”.
Hay cuatro glucósidos de esteviol principales: el steviósido, el rebaudósido A, el rebaudósido C y el dulcósido A. El rebaudósido A es el que se comercializa como edulcorante bajo la denominación E-960. Es por tanto un aditivo de origen natural y seguro de consumir, que además tiene una ventaja evidente frente al azúcar. al igual que la sacarina o el aspartamo, no tiene apenas carbohidratos (y por tanto, no tiene apenas calorías) y tampoco aumenta los niveles de glucosa en la sangre, de forma que es seguro para las personas diabéticas que no pueden tomar azúcar.
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Fuente: abc.es